UN RECUERDO DE SIESTA DE MI INFANCIA
Recuerdo las siestas de otoño,
allá a lo lejos,
el sol se asomaba
en el patio de mi casa.
Era la hora del silencio,
y sentados al sol,
hacíamos la modorra
descansando en el sillón.
Mis hermanos estudiaban,
los compañeros llegaban,
yo esperaba la novela de la tarde
muy entusiasmada.
Mamá me dejaba, porque yo me ilusionaba,
escuchando las voces,
de los protagonistas
que la relataban.
Luego había que estudiar
sin chistar,
las tareas no se podían aplazar,
para por fin, poder jugar.
Y así pasaban las tardes,
cuando el sol caía,
la familia nuevamente se reunía
para compartir la mesa bendecida.
TERESA URANI
Taller Escribir para Perdurar