Cepram

EL MENSAJE

La luz de una vela proyecta luces y sombras que resaltan por momentos su blancura.

La carta se destaca sobre la mesa de madera oscura. Parece que levitara en la penumbra.

La nieve sigue cayendo con monotonía dejando un rastro luminoso en los cristales, un reflejo del titilar de la vela contra la oscuridad de la noche.

La atracción por descubrir su contenido lucha contra la parálisis que se apoderó de él desde que la recibió.

La lucha interna entre ignorarla y la necesidad de saber se manifiesta en las manos crispadas con que acomoda el cabello.

¿Cuáles son sus temores? ¿El pedido de un posible perdón por la decisión que tomó? ¿O que sea el adiós que ninguno de los dos nunca pudo pronunciar?

Baraja la posibilidad de que sean palabras que renueven el amor y entonces se sienta a la mesa, decidido.

Pero los miedos pueden más y se levanta. Reanuda su caminar a lo largo de la habitación.

De pronto un silbido agudo rompe la paz de la noche.

La policía lo encuentra frente a la mesa con una carta sin abrir en sus manos y un impacto de bala en el pecho.

El detective desliza su dedo por el sobre rompiendo el silencio de la habitación con el susurro del papel. Recorre rápidamente las letras escritas con una caligrafía apresurada y temblorosa de un remitente anónimo que revelan un mensaje escalofriante: «Cuidado«.

BEA BOTTI

Taller Escribir para Perdurar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *